Familia, la vida continúa, simplemente cambiamos de año, todavía nos queda vida, nunca es tarde para seguir, avanzar, enderezar todo aquello que pensamos no se podía encausar.
Muchos de los hábitos que vamos adquiriendo a lo largo de nuestra vida, año, con año, es necesario ajustarlos, quizá en el 2019 quedaron cosas inconclusas, no se lograron sueños, metas, objetivos trazados.
Es necesario cambiar hábitos, ajustar lo que no resultó, lo que falló e intentar vivir de manera distinta.
Nuestra actitud es el factor principal que nos motiva a realizar nuestros objetivos, propósitos, que nos trazamos en los primeros días del año y trataremos de poner en práctica cada día del 2020.
La espiritualidad como fuente de alimento de todo ser humano, debe de reflejarse en todas las actividades que hacemos, en qué decimos y cómo lo decimos, en qué pensamos y qué eliminamos de nuestros recuerdos.
Comadritas, compadritos, llevar una vida espiritual, es una vida de constante desarrollo, la espiritualidad no tiene nada que ver con el estancamiento, la espiritualidad nos invita a la acción, a buscar un crecimiento interno, en renovar lo viejo y situarnos en el aquí y ahora.
Cada vez que sientan que la tristeza llega a su vida, no le den prioridad a las cosas que han salido mal, busquen entre sus recuerdos, aquellos que estén llenos de cosas bonitas, lindas, alegrías, para que los problemas que se presenten, no pesen tanto.
Cuando la soledad llegue y se sientan solos, piensan en cada persona que ha pasado por su vida y ha dejado huella en su corazón, no se preocupen porque ya no están, más bien, enfoquen su energía en agradecer el tiempo que estuvieron en su vida y los ayudaron a convertirse en mejores personas.
La espiritualidad está estrechamente relacionada con el crecimiento y la evolución, cada año que vamos dejando, debe de reflejar en cada uno de nosotros, crecimiento, avance.
Cada ciclo de vida que se cumple nos invita a realizar un balance, un análisis de los logros y replantearnos objetivos distintos, nuevos esfuerzos, metas, hacer una revalorización de la vida en fracasos y aciertos.
Atrevámonos a crecer como personas, en materia, en viajes, autos, propiedades, pero también, de forma espiritual, buscar siempre el alimento para el alma, trabajar para convertimos en mejores seres humanos, tenemos días, meses, para ir paso a paso intentando vivir espiritualmente más consientes este año.
Raza, lo importante de vivir un 2020 de manera más espiritual nos ayudará a evolucionar, fortaleceremos nuestro ser interno y como seres humanos, seremos instrumentos para ayudar a otros también a crecer.
Nuestra forma de soñar y anhelar algo en nuestra vida lo podemos enfocar hacia un pensamiento espiritual. Cuidemos la manera en cómo nos expresamos, cómo nos hablamos a nosotros mismos y a los demás.
Vivamos tratando de ser mejores humanos, dispuestos a sembrar semillas de amor en las nuevas generaciones.
¡Dejemos el pensamiento egoísta de lado, trabajemos este 2020 para crecer en unidad, como sociedad, pero principalmente como humanidad!