Comadritas, compadritos, para lograr las metas y objetivos que nos trazamos a lo largo de nuestra vida, necesitamos primeramente confiar en nosotros mismos, en nuestras capacidades, virtudes y talentos.
Lo más valioso de ponerse una meta no es conseguir el objetivo final, sino disfrutar el esfuerzo, el recorrido, el aprendizaje.
Nuestros objetivos y metas deben ser realistas, porque de lo contrario pueden provocarnos frustración, más que satisfacción…
Al principio el temor nos paraliza, nos impide aventurarnos a salir de nuestra zona de confort, pero si logramos vencerlo conseguiremos cumplir nuestros objetivos y metas.
Un objetivo, meta, es algo que no hemos logrado, por lo tanto, es necesario trabajar para conseguir lo que nos hemos propuesto.
El compromiso es el factor clave para obtener el éxito en cualquier cosa que te propongas, ya que nos mantiene en constante disciplina para perseverar lo que nos fijamos como meta.
Familia, es importante que cuando hablemos de nuestras metas y objetivos experimentemos alegría, entusiasmo, ganas de trabajar para que se realice todo aquello que anhelamos, en lo cual estamos enfocando nuestra energía y nuestra voluntad.
Te toparás con obstáculos en la búsqueda de tus metas, tales como la pereza, el conformismo, el desánimo, malos resultados.
Cuando trabajamos arduamente para conseguir algo que nos hemos propuesto, podemos ir avanzando y en el camino darnos cuenta que los pasos que vamos dando no son adecuados y es válido corregir los errores.
Corregir no significa haber fracasado, significa que las cosas no iban cumpliendo su objetivo, podemos mirar esa situación como un aprendizaje que nos hace cambiar nuestras necesidades, expectativas y nos lleva a aprovechar nuevos conocimientos y formas de pensar.
Muchas veces resulta más fácil tirar la toalla en cuanto encuentras la primera piedra en el camino, en lugar de esforzarte por superar los obstáculos.
Es necesario no darnos por vencidos tan rápido, sino todo lo contrario, sacar garra, fuerza de nuestro interior e ir en busca de lo que nos hemos propuesto materializar.
Sentirnos inspirados, motivados, llenos de vitalidad, fuerza, nos ayuda para mantenernos positivos y entusiastas.
Las metas comienzan con pequeños pasos que poco a poco nos marcan la ruta para conseguir nuestro objetivo final.
Raza, ser constante no es tan complicado como parece, al final los hábitos siempre ganan, si tienes una meta, entonces ve por ella, confía en tu capacidad para alcanzarla y dedícale el tiempo necesario para que se pueda materializar.
¡¡Mente, cuerpo y alma en armonía, siempre darán un bienestar a su vida!!!
Fuente: Andy Cornejo
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